NÚMEROS- Poesía para contar


NÚMEROS

A veces, sólo eres un número
no importa si eres el primero, el segundo
o tal vez el último.
En una larga lista de nombres
sólo resalta tu apellido.
Algo que educar, algo que modelar.
Eres hombre/mujer de arcilla,
de porcelana fría.
Y cuando terminan esa obra divina,
te puntúan.
Nuevamente eres un número.
Luego, cuando pasa el tiempo
eres la suma de los días.
Días callados, hablados, odiados.
Días.
Eres un número que a todo le pone un número.
Del uno al diez
evalúas tu dolor cuando te duele el pie.
O cuando cuentas hasta cien
para no perder los estribos otra vez.
O cuando te enamoras
y notas que esa chica te mira de otra forma.
Y no sabes si darle un diez o un cien
a tan inolvidable figura de mujer.

Números.
Hoy sólo veo números.
Un par de ojos, un par de piernas y esta cabeza
hacen la suma de algo que está a punto de estallar
de tanto hacer cuentas.
De dividir, de multiplicar, de sumar y de restar.
Divido los días
los multiplico por momentos
y cansada de mí, luego los dejo.
Mucho nunca es suficiente
quiero más números y más horas
quiero más días y más cuentas.
Quiero llenarme como una botella
hasta ahogarme, hasta emborracharme.
Porque los números son adictivos
y como todo en esta vida
comienza siendo pequeñito.
Un número chiquito
que luego se hace infinito.




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