NO TE VAS A MORIR SI LO DECÍS- Poema para hacer hablar a la tristeza


NO TE VAS A MORIR SI LO DECÍS

A veces pienso
que si esto no me mató
entonces soy inextinguible
entonces mis huesos
mi cuerpo que resiste
ibuprofenos
resiste
las palabras que nunca dije
los abrazos que no solté
se me volvieron en contra
se volvieron un síntoma:
“esta mujer enferma no puede con sus cosas”.
Esta mujer se calla las balas
las lesiones
resiste
los dolores
la cabeza vuelta tambor y tormenta
resiste
con su corazón agrietado.
Resiste y vive en modo resistencia.
Resiste la melancolía del pasado
las cañerías desbordadas de lágrimas,
los tartamudeos,
las guerras de pensamiento.
Lo bueno de las pesadillas
es que terminan.
Y uno está ahí en la cama despierto.
Otra vez, resistiendo.

¿Qué sería la vida sin resistencia?
Estoy a punto de besarme
a punto de abofetearme
y prefiero quedarme en ese trance.

Desde los ojos de la gente en las calles
la resistencia es objetiva:
“Es otra chica más agobiada por la vida”.

Desde mis ojos la resistencia
es la única salida.
Y qué subjetiva es la decisión
de vivir como una olla a presión.
Verme en el espejo
y saber que soy yo
pero no poder quererlo.

No quiero ser pesimista
pero este ser que se agita
en sábanas de una primavera marchita
¿encontrará la calma?
¿Hay algo que sacie su búsqueda
del alma auténtica,
de paz en esta atmósfera pesada?

Nada o todo.
Soluciones mágicas no hay.
Los poemas invocan esa fuerza
para seguir por la vía de la resistencia.
Para hablar de lo que me pasa,
aunque duela.




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