INTENTOS- Poema para reivindicar los días
INTENTOS
Otra vez despierto
y el fin del mundo está anti mí.
Ahí, cerca de las chancletas y en las medias.
Y la ventana que nos mira con su recorte
también es parte del comienzo del fin.
Un nuevo día
y yo aquí
aún no aprendo a amar
qué desastre, qué mar de desesperación.
Otra vez me desparramo en el sillón
otra vez me equivoco
otra vez es un siempre camuflado
porque siempre es una mentira.
Da igual.
Es un nuevo día
y según Cerrat debería
planteármelo como un gran día.
Pero tengo frío y es verano
tengo frío y he tenido frío
y es probable que no se vaya.
No he de ser tan fatalista.
No es que nunca se irá el frío.
Hasta ahora no he podido abrigarme como es debido.
El amor se camufla con sigilo.
Porque hay de eso en la taza de té que me sirvo.
en sostenerme el pecho hervido
vuelto fuego en el nuevo día.
Otra vez
develo misterios
corro cortinas
auyento a mis muertes.
Otra vez,
me despierto con la cabeza y el corazón
ardientes.
Con la certeza de que no existen los siempres.
Intentos, somos un puñado de fichas
en este juego impredecible al que llamamos vida.
Otra vez despierto
y el fin del mundo está anti mí.
Ahí, cerca de las chancletas y en las medias.
Y la ventana que nos mira con su recorte
también es parte del comienzo del fin.
Un nuevo día
y yo aquí
aún no aprendo a amar
qué desastre, qué mar de desesperación.
Otra vez me desparramo en el sillón
otra vez me equivoco
otra vez es un siempre camuflado
porque siempre es una mentira.
Da igual.
Es un nuevo día
y según Cerrat debería
planteármelo como un gran día.
Pero tengo frío y es verano
tengo frío y he tenido frío
y es probable que no se vaya.
No he de ser tan fatalista.
No es que nunca se irá el frío.
Hasta ahora no he podido abrigarme como es debido.
El amor se camufla con sigilo.
Porque hay de eso en la taza de té que me sirvo.
en sostenerme el pecho hervido
vuelto fuego en el nuevo día.
Otra vez
develo misterios
corro cortinas
auyento a mis muertes.
Otra vez,
me despierto con la cabeza y el corazón
ardientes.
Con la certeza de que no existen los siempres.
Intentos, somos un puñado de fichas
en este juego impredecible al que llamamos vida.
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