OJO CON LA FOTÓGRAFA MENTAL (Poesía que se ve a todas horas)


OJO CON LA FOTÓGRAFA MENTAL
(Sólo guarda lo que cree que realmente vale la pena. Y no cobra por las tomas. No la podés comprar).


La ciudad.
Con sus veredas y calles,
sus casas pequeñas y grandes,
altas, bajas, monocromáticas y coloreadas.
Habitadas por personas
o por nostalgias.

La basura.
El papelito insignificante,
el plástico desmemoriado,
la mancha de petróleo que adorna el pasto.
La falta de escobas gime por lo bajo.

Presente. Futuro. Pasado.
Conceptos abstractos para ubicarnos en tiempo y espacio.
Fronteras en la tierra
que no varía más allá de tu línea trazada.
La tierra gime, adormecida y violada.

Pisadas en la arena.
Pies descalzos, en chancletas,
con zapatillas, sin medias,
pies que se levantan con fuerza y negrura
en la calle desierta.

Las injusticias.
La falta de conciencia.
Las lágrimas que desbordan edificios,
las almas en llamas,
el continuo sacrificio hacia la nada.
La sonrisa malvada,
la mano que se extiende
y te da una cachetada.

Las teorías sociológicas
intentan explicar qué es lo que nos pasa,
quién tiene la culpa, quién toma la pala,
quién se pone la bota negra
y patea la pelota humana.
Por qué no pasa el colectivo por mi casa,
por qué algunos andan en chancletas y otros en lanchas privadas,
por qué casas sobrepobladas y otras habitadas por la nostalgia y sus fantasmas.
¿Por qué se aleja día a día la canasta básica
y la posibilidad de vivir una vida
sana, orgullosa, libre y laica?

Pero no me sirve entender esas categorías
llenas de tecnicismos y de aval científico.
Porque allí veo, ahí está aún
el papelito insignificante,
la mancha de grasa en la calle,
la bofetada del varón a la madre que lo parió,
los libros baleados,
el hambre y las fuerzas armadas en las calles.

La falta de todos nosotros gime,
sólo contamos con la ausencia de la calma después de esta tormenta
que parece interminable,
continua, obsoleta, posmoderna.
Este presente ya está escrito en los libros de historia.
Este poema gime y llora
como muchos otros en Latinoamérica.

Y se cansa y me canso
de las mismas palabras, actores y escenarios.
Y será un poema desangrado
y seré una mujer incompleta
hasta que la dignidad humana retorne a este pedazo de tierra
olvidado por dios y todos sus profetas.
Hasta que consigamos dignidad
con grito y pelea.


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