MY SOUL SLIDES AWAY- Poesía escapista
M Y SOUL SLIDES AWAY
Otra mañana despierto
en mi cama hecha de
sueños imperfectos.
Ahí va otro día
con pensamientos
similares, con rutinas odiosas pero relajantes.
Ahí va otro día
con leche de arroz
integral
que me grita “gracias por
salvar la vida animal”
Ahí va otra clase de la
universidad
cargada de verdad e ilusión
por cambiar
los mecanismos que
articulan la sociedad.
Ahí va mi hambre
vencido por una tortita
con azúcar impalpable.
Ahí va el micro, el sol,
el mismo cielo que ves vos.
Ahí van todos, excepto
yo.
Otra canción se termina
antes
de que pueda sentarme
y pensar
en la densidad y
monotoriedad
de mis palabras,
en que tal vez estoy
llanamente cansada
y no se me ocurre otra
forma de soñar
que no sea ésta.
Tal vez abuso de mis
poemas.
Los quiero trasplantar a
la vida real,
quiero abrazarlos, quiero
verlos caminar,
quiero oírlos, quiero
oírme cantar.
Los quiero tanto
que los llamo cuando no
están.
Y por eso tengo que
esperarlos
sentada en el diván
escuchando el silencio
cargado de ansiedad,
que en el peor de los
casos
se vuelve una batalla
campal.
Porque aparecen frases
desordenadas,
y en parte yo soy amante
del orden mental.
Porque veo y leo en mi
cerebro
formas de pensar
que no siempre se basan
en la verdad.
Y yo cuando quiero puedo
ser una mentirosa peligrosa.
Ya verás.
Tanto palabrerío que no digo,
o que digo de más
termina enojándome
conmigo.
Tal vez por eso, en las
noches
mi ser onírico me
devuelve el golpe.
Ahí va.
Otra pesadilla que mi yo consiente
intenta e intenta y le
cuesta analizar.
Ahí va, otra pastilla
que se convierte en
caricia y suplanta la figura maternal.
Por lo menos durante unas
horas
no soy problema de mamá.
Tal vez no me queda otra
forma de ser
que no sea ésta,
que no sea aquí.
Tal vez no me queda otra
que dar el alma entera y
ver cómo se escapa
convertida en poemas,
en sonrisas, en lágrimas,
en fiesta.
Y cuando intento cazarla
se antepone y me da una
cachetada
¡Tonta! ¿Por qué quieres
ahora poseerme
si me enseñaste a ser
libre siempre?
Así dice cuando se va y
amenaza con no regresar.
Yo me quedo a esperarla, sentada
y ansiosa en el diván
con lapicera en mano
y un enojo rancio
hasta que acaba el día
pareciera no volver más.
Estamos trabajando en su
regreso
todas las neuronas de mi
cerebro
piensan que le exigimos
demasiado,
por eso se termina
hartando y se va.
¿Adónde?
Mi alma se va volando, se
irá.
Lo sé. Lo tengo claro.
Me acompañó en muchos
tramos.
¿Recuerdas esa vez, alma
mía
cuando cantamos temerosas
en inglés
una canción de Oasis?
¿Recuerdas el miedo que
teníamos a desmayarnos?
No miraré hacia atrás con
enojo
no cerraré con llave el
cerrojo.
Cuando estés descansada,
cuando te aburras de
estar en todas las plazas
volverás a casa.
Y cantaremos juntas esa
canción
que a vos primero te
gustó.
A mí sólo me atrajo por
la melodía
a vos por el universo que
contenía.
Me la vendiste tan bien,
te vendías y me seducías
tan bien.
¿Quién no habría de
seguirte
cuando me decías al oído
don´t look back in anger?
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