MI ALMA NO ENTRA EN CORPIÑOS NI CALZONES- Poesía al desnudo


MI ALMA NO ENTRA EN CORPIÑOS NI CALZONES
Mi alma no entra en los corpiños,
se pelea con los vestidos.
Le gustan los estampados y colores del verano,
pero nunca es suficiente para hacer que se quede.
Vive huyendo, saltando estaciones,
rescatando recuerdos de la nieve.

No se peina pero sí que se piensa.
Se queda mirando el espejo
en el que a veces se encuentra.
Cree hallar su reflejo
en charcos negros que adornan el pavimento.

Mi alma se pone lentes,
los necesita para verse.
Lentes ya rayados, caídos, manchados
son parte de su vestuario diario.

No se queja por el desorden,
lo que no quiere ver, lo esconde.
Lo que quiere observar lo pone on repeat
y así hasta que llegue el día a su fin.
Ella nunca es orden.

Se sale de todos lados,
no puedo sentirla en mi cuerpo, ya abandonado.
A veces creo reconocerla
cuando me pinto las uñas y mezclo esmaltes.
Es así; colorida, feliz, triste.
Por ella sé que todo tiene color
excepto el olvido,
el cual no llegará porque no existe.

Que vivan los colores por siempre,
las almas fugaces,
sobretodo las sonrisas estáticas
que me deja su magia circundante.

Cuando noto el vacío de mis corpiños
creo reconocerla,
alma pizpireta.
Es tan grande que tiende a achicarse.
(Está tan loca que busca lugares excéntricos para mostrarse).



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